Cada año volvemos a conmemorar ese acontecimiento que marcó el camino de la humanidad y el cual sucedió una sola vez en la historia (pasión muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo) y lo vivimos a través del Triduo pascual, por eso cada vez que lo celebramos lo hacemos presente en nuestro hoy, el cual nos invita a dejarnos sorprender por el Amor de Dios.

La semana Santa es un tiempo muy especial de reflexión y de provecho interior y también una oportunidad para agradecer a Dios por tantas maravillas que continúa obrando en nuestras vidas, en este año, algunas hermanas de la comunidad de TriAna (Madrid) lo hemos celebrado con nuestros hermanos agustinos recoletos en Monachil – Granada. Fue una experiencia muy enriquecedora y llena de bendiciones ya que hemos podido compartir en fraternidad la oración de la Liturgia de la Horas, la Eucaristía, la comida, los trabajos en conjunto preparando las celebraciones de esos días tan especiales. También hemos participado en la comunidad de Quéntar, un pueblo cerca de la ciudad de Granada, en donde compartimos con “los misioneros de la alegría” un grupo de feligreses que colaboran y participan con sencillez y disponibilidad en la preparación de las celebraciones en el templo, anunciando con su testimonio la alegría de vivir para el Señor.

Damos gracias a Dios esta oportunidad que nos ha brindado al poder participar esos días tan importantes para toda la Iglesia y al haberlos vivido con nuestros hermanos agustinos recoletos y con las diferentes personas con las cuales nos encontrábamos cada uno de esos días.

Comunidad de Triana.