Agradecemos al Señor los días compartidos con las hermanas de la comunidad del colegio Virgen del Consuelo, en Quito. Nuestras hermanas Josefa Ariza y Rocío Victoria nos recibieron en el aeropuerto y ya desde allí comenzamos a compartir nuestras vivencias.

Conocimos el colegio, la finca de san Antonio, y otros espacios que nos dieron visión de lo que las hermanas tienen entre manos de cara a obtener fondos para impulsar el colegio.

Compartimos el árbol de soluciones desde la mirada contemplativa que nos dan nuestras constituciones. Indudablemente nos ayudaron a reflexionar, a mirarnos a nosotras mismas y a proyectar nuestra vida y misión a la luz de lo que el Señor sueña de nosotras.

Revisamos el plan estratégico para el logro del impulso del colegio, compartimos, sugerimos, soñamos y aportamos posibilidades para realizar el proyecto que Arcores, sin duda alguna, nos colaborará.

La experiencia fue muy rica, sobre todo en el compartir con cada una de las hermanas, escucharlas y animarlas a seguir al Señor desde el lugar y la realidad que a cada una le toca vivir. Todo lleno de detalles fraternos. Mil gracias Josefa, Rocío, Maruja e Inés.