“Los pobres siempre estarán con ustedes”, dijo Jesús, invitándonos a verlo y a estar con él en estos hermanos nuestros, hermanos que nos reflejan más que una necesidad, la esperanza de querer caminar por este mundo como hijos de un mismo Padre, que no los discrimina, sino que los hace parte de este Reino.

Las vías, siguen siendo hasta hoy una población que crece en medio de la ciudad de México. Los pequeños, los jóvenes y los mayores, se muestran muchas veces con carencias alimenticias o de salud, sin visión de que la vida puede ser mejor, pero con un rostro alegre que quiere compartir su vivencia cada vez que los visitamos. Somos acogidas porque saben que cada hermana les acompaña en sus necesidades y con sencillez y escucha, intentamos ser reflejo de fraternidad.

Son muchas las personas con nombres y apellidos, que día a día salen a la calle para buscar el sustento de sus hijos y familiares que viven con ellos. Las familias se han multiplicado, ahora hay alrededor de 100 familias en aproximadamente 1.5 km de vías. No podemos llegar a todos ya que en algunas de sus secciones, existe un alto nivel de violencia por tener problemas entre ellos de drogadicción o simplemente, porque han marcado sus límites hasta con perros de pelea.

La alegría del evangelio, nos sigue impulsando a caminar juntos por el Reino, compartiendo el pan, las penas, las alegrías y la necesidad de ser escuchados. Caminamos juntos porque ellos siempre mostrarán el rostro de Jesús en nuestras vidas y nos recuerdan que sus vidas son las más grandes.

COMUNIDAD MAR/ MÉXICO