En esta semana iniciamos la labor escolar y qué mejor manera de hacerlo dando gracias Dios por medio de una Eucaristía y celebrando a Nuestra Madre de la Consolación. Fue presidida por José Gabriel Martín, sacerdote diocesano. Agradecimos a Dios por el nuevo curso que vamos a empezar.

Como comunidad educativa y religiosa, en medio del COVID-19, seguimos apostando por la vida y mantenemos la esperanza de que en este camino no estamos solos y de que Dios seguirá obrando en las situaciones que se presenten.

Nos toca volver a empezar con esperanza, mirando al horizonte sin perder la mirada en Dios; a pesar de la experiencia que estamos viviendo, seguimos apostando y anhelando darlo todo, aunque haya muchas cosas distintas, novedades y nuevos retos que nos esperan.

Comenzamos agradecidos porque hay algo que nos empuja a seguir caminando, a no detenernos y avanzar. Sí, volvemos al día a día, a lo ordinario, pero para vivirlo con un amor extraordinario.

Contemplaremos a Dios en el silencio y en las caídas, pero dejándonos hacer por Él. También volvemos con paz, no porque no haya dificultades sino porque Dios se hace presente y nos fortalece, anima y restaura; volvemos con todas las ganas de poner al servicio de los demás los dones que hemos recibido de Dios. Tal vez no sabremos cómo hacerlo pero practicaremos, aprenderemos, fallaremos y nos levantaremos.

Volvemos con un corazón abierto, dispuesto a acoger la misión que nos toca vivir, diciendo sí a este proyecto que Dios ha colocado en nuestras manos y que es de él. Mantendremos la esperanza y la fe en Dios.

Comunidad del colegio de Granada