Hoy es un día de dolor, pero un dolor esperanzado, un dolor redentor.

El padre y biblista Fidel Oñoro, en la Lectio Divina del Viernes Santo dice: Jesús no muere entre lamentos, sino con un grito triunfal (“¡Todo está cumplido!”, 19,30). El evangelista presenta la muerte a la luz de la resurrección y así el día de la muerte, que no pierde el rigor de su luto, se vuelve luminoso porque sobre la Cruz se proyecta la gloria de la Pascua”.

Es cierto que en el viernes santo, hay dolor, silencio, meditación. Es la propuesta para quien quiera meditar la pasión del Señor. Pero en este trozo del evangelio hay una invitación que no es sólo admirar la tarea cumplida de Jesús. También hay un reto que nos lleva a preguntarnos si nos estamos uniendo a su grito triunfal “TODO ESTA CUMPLIDO”. ¿Si cada día cumplo con mi misión? ¿Si cada día doy esperanza y vivo con la esperanza que Dios me da a través de los demás? ¿En la dificultad vivo y proyecto la gloria de la pascua?

Cuando veo las peregrinaciones en las que acompañamos el vía-crucis, la soledad, el santo sepulcro, me imagino que así Dios camina a nuestro lado y sufre con nuestro dolor, no desea que suframos pero no lo puede evitar porque nos regaló la capacidad de elegir, nos regaló la libertad, pero eso, no le impide que peregrine a nuestro lado. Nos deja libres pero no nos deja solos. Esto me hace entender que podemos peregrinar en Semana Santa, pero me reta a caminar con el pueblo que sufre para ser cirineos que ayuden a llevar la cruz.

¿TÚ, CAMINAS AL LADO DEL PUEBLO QUE SUFRE?