Después salir al encuentro con el hermano

 

Hoy, más que nunca entre el ritmo vertiginoso en el que vivimos, el ruido y las prisas que nos circundan, necesitamos detenernos y hacer un alto en el camino para “recogernos”, y entrar dentro de nosotras, de nosotros, y dejar que el evangelio haga camino libremente en nuestro interior, donde la imagen de Dios permanece siempre, esperándonos para transformarnos. Ver vídeo