TODOS MISIONEROS

 

El pasado mes de agosto, con gran alegría, recibimos en nuestra comunidad MAR de Yopal, Casanare (Colombia), a dos voluntarias de ARCORES procedentes de España, quienes nos han acompañado y colaborado en la misión que se nos ha encomendado.

Esta experiencia de vida compartida me recuerda uno de los pensamientos de Monseñor Francisco Javier Ochoa, fundador de nuestra congregación, quien en su momento dijo a las hermanas: “Nosotros somos misioneros de la fe; vosotras vais a ser misioneras de la caridad, y todos juntos seremos apóstoles de la esperanza”. A pesar de los años transcurridos, esta frase mantiene la misma frescura que el día en que fue pronunciada. Es más, me atrevo a decir que estas palabras no solo nos interpelan a nosotras, las religiosas, sino que hoy día abarcan a todas las personas que, desde sus diferentes realidades y contextos, colaboran y comparten para hacer posible estas experiencias de misión.

Misioneros son también los seres queridos de los voluntarios, quienes con su apoyo los animan a vivir esta experiencia. Lo son nuestros hermanos OAR, cuya fraternidad y confianza permiten que esta misión compartida sea una realidad. Nuestras hermanas MAR de las distintas casas, con su acogida y testimonio de entrega, son misioneras de la hospitalidad para con los voluntarios. Igualmente, son misioneras las familias que nos acogen con amor en sus hogares, haciéndonos parte de su vida. Y lo son también las familias y los niños con quienes hemos tenido contacto, quienes reflejan la ternura y la hospitalidad del rostro de Dios.

Son innumerables las personas que, muchas veces sin darse cuenta, son misioneras de la fe, la caridad y la esperanza. Con pequeños gestos de cariño y acogida, nos muestran el rostro de un Dios que es Misión. Todas estas vivencias nos llevan a exclamar, desde lo más profundo del corazón, una inmensa acción de gracias a Dios por hacernos a TODOS MISIONEROS.

Hna. Gloria Hernández.