LAS GABIAS 

 

La comunidad de Las Gabias formada por la mayoría de las hermanas de edad avanzada con el espíritu jovial que le caracteriza, se aventuro a participar en la peregrinación convivencia que organizó el arciprestazgo de Las Gabias convocando a todos las parroquias de la zona.
Llevada por su espíritu misionero, por su sentido de ser comunidad, de ser parroquia, de ser iglesia, desafiando las limitaciones desde la más joven hasta la de más avanzada edad se subió al autobús el día 16 de marzo rumbo a Moclín, junto con todos los demás participantes.
Moclín es una localidad y municipio español de la provincia de Granada, en la comunidad autónoma de Andalucía. Está situado en el extremo oriental de la comarca de Loja.
Cabe destacar que, pese a dar nombre al municipio y ser su capital, Moclín es el quinto núcleo de los siete que hay en cuanto al número de habitantes. A tan solo 30 kilómetros de la capital Moclín es uno de los pueblos más bonitos de Granada. La carretera sube y sube por un paisaje verde, de campos de olivos y bosques de pinos. Se considera que Moclín fue la última frontera del Reino de Granada. Se trata
de un enclave estratégico con una importancia fundamental en las luchas de poder entre moros y cristianos. Moclín viene del árabe Hisn al- Muklin y significa “Fortaleza de las pupilas”, según algunas fuentes. Sin duda, un nombre del más apropiado para el lugar desde donde vigilar la frontera y construir una fortaleza. Cuando la localidad cercana de Loja cayó, los Reyes Católicos conquistaron Moclín en 1486.
Una de las grandes joyas de Moclín es la Iglesia parroquial de la Encarnación, aunque se la conoce como la iglesia del Cristo del Paño. Construida sobre una antigua mezquita, dentro se encuentra el Cristo del Paño, al que sacan en la romería del 5 de octubre. Pero no importa si llegamos hasta este Cristo en otra fecha, lo que importa es llevar un paño y pasarlo por el cuadro para pedir favores, deseos o incluso milagros. Cuenta la tradición que la reina Isabel, agradecida por el entrañable cariño que le habían profesado aquellas gentes de Moclín, hizo depositaria a la villa de una pequeña escultura de la Virgen de la Victoria, de la que la reina era tan devota, y de un hermosísimo lienzo con la imagen de Jesús Nazareno. Según queda constancia en antiguos manuscritos de Moclín que todavía se conservan, este lienzo de Jesús Nazareno había acompañado al Rey Católico en sus campañas como estandarte y había presidido la tienda real todo ese tiempo de guerra. Parece avalar lo dicho la manera como la pintura impregna el lienzo todo, de manera que puede enrollarse sin que la imagen sufra deterioro
alguno.

El encuentro se inició en la ermita, con la bienvenida del párroco del lugar, Don Francisco Fernández. Seguidamente se empezó el viacrucis con la primera estación, continuando el recorrido por todo el pueblo, donde estaban muy bien representadas las estaciones, subiendo una empinada cuesta hasta llegar a la Iglesia, donde rezamos la última estación, con la participación de todos los fieles de las diferentes parroquias del Arciprestazgo. Don Francisco Fernández comentó resumidamente la historia del Cristo del Paño destacando el origen del nombre: un sacristán tenía cataratas en los ojos y pasando un paño sobre el cuadro le pidió al Señor que pudiese verlo. El milagro se realizo. De ahí surgió el nombre del Cristo del Paño. Revestidos los sacerdotes se dio comienzo a la Eucaristía, muy bien preparada para que todos la viviéramos intensamente. La última parte fue el compartir fraterno de lo que cada uno había llevado, y debido a la gran afluencia de feligreses de todas las parroquias nos dispersamos por el entorno, unos al aire libre, otros en el salón parroquial disfrutando de la convivencia de la que irradiaba ese ambiente sinodal. Llegó la hora de la partida, de volver a los autobuses unos para Otura, Alhendin, Armilla y otros par Cullar Vega y las Gabias, pero todos muy contentos por todo lo vivido en la peregrinación y la convivencia, y sobre todo con la mirada del Cristo del Paño que de cualquier lugar te envolvía, con alguien que nunca nos había mirado así, que nos acoge, nos alienta, que nos perdona y nos llena de su AMOR.