+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 14-20

Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».

Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron. Palabra del Señor.

¿QUÉ DICE EL TEXTO?

Jesús ha sido presentado por la voz del desierto, Juan Bautista (1,7-8), y por la voz del cielo, por el Padre (1,11). El Espíritu lo ha conducido y metido en el mundo de los hombres, un mundo lleno de tensiones, tentaciones y lucha (1,12-13). Ahora le toca presentarse él mismo, personalmente, en este mundo.

-La entrada de Jesús en acción no ocurre en cualquier tiempo. Comienza su misión bajo el signo del conflicto y la cárcel de Juan. Dicho acontecimiento provoca en él un cambio: pasa de la tentación-discernimiento a la decisión y práctica; de la experiencia de Dios, al anuncio del Reino.

-Marcos nos hace notar también el lugar donde aparece Jesús y comienza su buena nueva. Lo suyo no es una continuación de lo de Juan Bautista, sino la irrupción de algo nuevo. Por eso, en una opción por los márgenes, se aparta del “centro” (Templo, Jerusalén, Judea) más que Juan, y se va a Galilea. Galilea en Marcos tiene un significado especial. Es el lugar al que se remite a los discípulos tras la resurrección, porque sólo volviendo allí es posible ver a Jesús resucitado. ¡sólo le puede ver y experimentar quien regresa a Galilea a proseguir su causa!

-Marcos destaca el manifiesto de Jesús. Proclama, no un bautismo de agua y perdón, sino la llegada de Dios mismo a reinar; no algo para el futuro, sino un presente que ofrece nuevas posibilidades; presenta un Dios-Salvador que ofrece liberación a todos.

-El anuncio de Jesús tiene un tono de alegría y, al mismo tiempo, de urgencia. Y va dirigido a todos, rompiendo los esquemas vigentes en los dirigentes y en el pueblo, e invitando primero a los últimos, a los que viven en los márgenes, a los que comúnmente eran considerados indignos y excluidos del gozo mesiánico.

-La llamada a la conversión se convierte en fuerza movilizadora de discernimiento y acción, de transformación integral y de nuevo nacimiento. Y es que la conversión hunde sus raíces en la buena noticia de la presencia de Dios en la historia, que tengo que aceptar, de la que tengo que fiarme y por la que tengo que dejarme modelar.

-Tras el anuncio del Reino, lo primero que hace Jesús es buscar colaboradores. No escoge sacerdotes, fariseos, etc. Se rodea de simples trabajadores, muchos de ellos pescadores, llamados en medio de su tarea a echar o remendar redes.

-La llamada de los primeros discípulos es, para Marcos, un ejemplo concreto de la conversión y fe que pide en los versículos anteriores (vv14-15). Es en el seguimiento donde ambas se realizan. A la vez es tipo y modelo de toda vocación cristiana (Florentino Ulibarri).

SAN AGUSTÍN COMENTA

Mc 1, 14-20: No sigas otro camino distinto de aquel por el que anduvo Cristo

Cuando ya sigas el camino de Cristo, no te prometas prosperidades de este mundo. Él anduvo por la aspereza, pero prometió cosas grandes. Tú síguelo. No te fijes tanto por dónde debes ir, sino adónde has de llegar. Soportarás asperezas temporales, pero alcanzarás gozos eternos. Si estás dispuesto a aguantar el esfuerzo, ten presente la recompensa. El obrero habría desfallecido en la viña, si no tuviera presente el salario que iba a recibir. Pero si tienes en cuenta lo que has de recibir, te parecerá despreciable todo lo que padezcas, y te parecerá que no tiene comparación lo que por esos padecimientos has de recibir. Te admirarás de que por un trabajillo así, se te dé una recompensa tan grande. Así es, hermanos, por un descanso eterno habría que soportar un eterno trabajo; y si vas a recibir una felicidad eterna, deberías cargar con unos sufrimientos eternos (…) Comentario al salmo 36, 2,16

¿QUÉ ME DICE A MI EL TEXTO? Gestos, signos e imágenes para orar

  1. Contemplar a Jesús. Verle paseando, mirando. Verle caminar con decisión, lleno de proyectos…perfilando y madurando su camino. Se detiene junto a mí, me observa, me mira con franqueza, contempla lo que hago…
  2. Sentir su llamada. Hoy, aquí y ahora, Jesús me llama. Me llama para que me vaya con él, para que continúe su tarea, para que sea discípulo, para hacerme feliz.
  3. Meterme en la piel de los discípulos. ¿Estoy en familia? ¿Estoy trabajando?¿Estoy preparando nuevos proyectos? ¿Estoy enredado en mis redes? ¿Me siento imprescindible? ¿Oigo realmente su propuesta? Meterse en la piel de los discípulos es escuchar, sentirse tocado, discernir, responder, dejar, descubrir nuevos horizontes.
  4. Acompañar a Jesús. Recorrer con él Galilea entera, o sea, adentrarse en las aldeas y barrios de esta sociedad, acercarse a los que andan por los caminos y a los que están en los márgenes; ver y hacer lo mismo que él hace; anunciar la buena nueva, consolar, curar, liberar, enseñar….
  5. Contemplar una red. Ponerla delante y mirarla atentamente. Una red es un aparejo hecho con infinidad de cuerdas y nudos. Mi vocación es unir, tejer; ir creando redes que ofrezcan la buena noticia, que generen comunión y solidaridad, que hagan posible el trabajo en equipo.

¿QUÉ ME HACE DECIR EL TEXTO A DIOS?

Señor, Tú me estás llamando y yo tengo miedo a decirte sí. Me buscas y yo trato de esquivarte; insistes, y guardo silencio; te acercas, e intento soslayarte; quieres apoderarte de mí, y me resisto.

Tú esperas de mi una entrega sin reservas, llena de ilusión y generosidad. Tu gracia me empuja por dentro. Tu invitación es como un horizonte abierto que alegra y da sentido a mi vida.

Señor, sufro en ansia, combato en la noche. A veces dudo; otras quiero. Soy así, Tú lo sabes. Dame fuerzas para no rehusarte. Ilumíname en la elección de lo que Tú deseas. Oriéntame.

Oración

Dios todopoderoso y eterno,
ordena nuestra vida según tu voluntad
para que, en el nombre de tu Hijo amado,
podamos dar con abundancia
frutos de buenas obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…