El 18 de enero de este año, nuestra comunidad de las Gabias junto a la comunidad parroquial, nos reunimos en la Iglesia de la Encarnación, para celebrar una eucaristía en acción de gracias, ya que estábamos celebrando la fidelidad del Señor para con cada una de nosotras y nuestra congregación en su 75 Aniversario de la aprobación canónica.

Esta celebración fue presidida por Don José Miguel Moreno y concelebrante Juan Carlos Navarro. El lema que se eligió para este año fue: 75 años caminando con esperanza y así queremos que siga siendo.

Seguimos caminando con ilusión porque Dios es el que pone en nuestro corazón esa luz de seguir manifestando y llevando el amor en el que sufre y ser sembradora de esa misma esperanza en donde estamos, en especial en nuestro pueblo de Las Gabias.

A lo largo de estos años, hemos podido palpar la presencia de Dios, como la única fuente de nuestro ser y hacer; él es quien nos anima y fortalece en nuestro deseo de servir a nuestros hermanos allí donde la Iglesia nos necesite.

Nuestra gratitud y alabanza al Señor: por poder celebrar este día con la comunidad parroquial, por la vida de nuestro fundador y cofundadoras, por la vida de cada una de las hermanas MAR y por las maravillas  que el Padre, rico en misericordia, ha querido y quiere realizar en nuestra congregación.

Es un día en donde recordamos de una manera especial a nuestros fundadores.   Debido a su ardor misionero, nuestra congregación puede estar presente aquí y en otros lugares en donde ellos percibieron la sed de Dios.

Su sí, al proyecto de Dios fue abriendo caminos y horizontes, fueron dejando huellas en las vidas de los más pequeños desde el comienzo y su legado permanece presente en nuestra vida e historia congregacional.

Le pedimos al Señor que siga sosteniendo esta obra que él junto a nuestros fundadores un día empezaron y que su gracia fortalezca nuestra vida consagrada.

Llama Señor, en tu infinita bondad a una nueva generación de misioneras, jóvenes de este tiempo para los nuevos tiempos, entusiastas buscadoras de tu Reino en el rostro de los más necesitados y en el cultivo de una intensa vida fraterna.

Padre, rico en misericordia, que abres tu corazón en  tu Hijo amado Jesucristo  y con tu Espíritu lo pones en nuestro interior, venimos a ti agradecidas  por tu tierna mirada que nos eligió para experimentar ese inmenso amor y enviarnos a compartirlo en la misión.

Te damos gracias por tantas hermanas que respondieron con generosidad y hoy contemplan tu gloria, por las que hoy en su ancianidad gastan sus energías junto a tu pueblo santo por la venida del Reino.

Comunidad de las Gabias