CRISTO DEBE SER NUESTRO UNICO FIN

                  Le doy infinitas gracias a Dios por esta oportunidad tan grande que me dio, donde descubrí que el Señor nos quiere alegres, solidarios, caritativos, humildes, sencillos, comprensivos y amables, sin importar con quien, siendo Él, autor del Amor,  quien está en todos los hermanos. ¿Cómo no amar; compartir bellos momentos dentro de una comunidad y aprender muchas cosas nuevas? Ha sido un sueño hecho realidad, aprendí que para escuchar al Señor solo debemos estar dispuestos a abrirle nuestro corazón y cambiar todo aquello que no está bien, pues con nuestras actitudes hacemos todo más complicado, si pensamos que siempre tenemos la razón, o si no aceptamos que todos tenemos diferentes formas de pensar estaremos encerrándonos en nosotros mismos y olvidándonos de lo primordial. Es por ello que nunca debemos descentrarnos de quien es el centro de nuestra vida, no hay duda “Él es el Camino, la Verdad y la Vida”, “Crécete ante los obstáculos, la gracia del Señor no te ha de faltar”.

                  Resaltando a primera vista su alegría, su entrega y su disposición que contagian a todo el que llega, sin duda fueron momentos inolvidables para mi vida personal, descubrí que la alegría no debe durarnos solo un momento, Dios no está por momentos, ÉL está toda la vida, no debemos depender de las personas sino de lo esencial y, aunque hayan momentos difíciles, Él nunca nos deja solos, Él estará a nuestro lado afrontándolos.

                  Aprendí a compartir con hermanas de las distintas comunidades (casa provincial, noviciado, colegio Nuestra Señora de la Consolación, Bochica), conocí su forma de vivir, ellas optaron por amar y servir a Jesús toda su vida en los hermanos, en aquellos hermanos que más necesitan de Dios, están dispuestas a llevar el mensaje a todos los rincones del mundo sin esperar nada  a cambio y dando “Solo a Dios el Honor y la Gloria que se merece”. Reconozco que la vida en comunidad no es fácil, pero tampoco imposible de comprender, es otra familia, encontré más de una mamá, bueno me sentía tan pequeña por ser la menor, fue divertido.

                  Me mandaron a la comunidad de Bochica situada en el sur de Bogotá a ellas agradezco su comprensión y ayuda; a la hna. Margarita Rojas una mujer entregada a su misión dedicada a la educación de niños, alegre, dinámica y la que durante este tiempo me integró y animó para catequizar en la Parroquia de San Luis Versiglia, fue muy hermoso porque interactúe con muchos niños y compartí con ellos el mensaje de Jesús. A la Hna. Ana Joaquina, una mujer responsable, quien me dirigió en el discernimiento Espiritual apoyado en las fichas y lecturas de libros relacionadas con los Orígenes de la Congregación MAR donde su fundador y cofundadoras lucharon incansablemente por llevar a Cristo a la humanidad, también me introdujo al apostolado de visitar enfermos para llevarles el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico, manjar de ángeles y así animarlos a seguir luchando con la cruz sin olvidar que Él nunca los desamparara. A las Hnas. Judith, Nohemí y Claribel personitas muy especiales alegres, divertidas, sencillas y comprometidas con la Pastoral Vocacional, decididas a remar mar adentro y pescar almas para el Señor, quienes me motivaron a hacer esta bonita experiencia y me ayudaron a descubrir que Dios está más cerca de lo nosotros creemos.

                  En los cumpleaños de diferentes hermanas se notaba la unión comunitaria, la felicidad y la comprensión de diferentes personalidades centradas en un solo fin seguir al dueño de la mies a Cristo. En ocasiones se presentaron salidas, por ejemplo: al Santuario del  20 de julio donde se venera al Divino Niño Jesús,  situado en el barrio que lleva su nombre, es muy hermoso (alguien pequeño que hace cosas grandes); también conocí el Noviciado e interactúe con las novicias, gente muy especial: alegres, atentas, serviciales y responsables con su estudio, de diferentes nacionalidades pero unidas por el Amor de Jesús; con ellas compartí la experiencia de un retiro espiritual dirigido por la Conferencia de Religiosos de Colombia y también conocí el Parque de distracciones llamado Jaime Duque, fueron días llenos de emociones, y estas salidas tenían como fin la integración, dándome  cuenta del gozo desbordante con el que compartían todo lo que tenían y lo que son.

                  Gracias a todas las hermanas por el tiempo que me dedicaron, las voy a extrañar, las quiero en Cristo Jesús.

“Nada te turbe, nada te espante Dios no se muda la paciencia todo lo alcanza,

quien a Dios tiene nada le falta” (S. Teresa)

 

Ana María Bohórquez  Estupiñán 

 

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