Desde temprano salimos de la casa para buscar mototaxi ó combi para llegar a las orillas de la comunidad y posteriormente empezaríamos a subir las montañas. Una de las campiñas a dos horas de camino hasta llegar al destino que es Mamarruribamba Alto; una de las experiencias es escalando las piedras, buscando sobras para poder descansar y tomar fuerzas en el trayecto del camino. Al llegar a la campiña nos estaban esperando las familias para compartir un almuercito y después la misa con toda la comunidad.
De regreso el Padre Noé nos trajo por otro camino dónde hemos atravesamos dos comunidades al bajar de las montañas. Fue una aventura caminar en medio de las campiñas a pesar de que nos perdimos de camino pero al final encontramos nuestra ruta. Nos decíamos el 95% perdido y el 5% de aventura. Todo es gracia y don en la misión.
La otra comunidad es Tayal Alto en donde participamos en la Eucaristía celebrando la fiesta de San Agustín. Pastoralmente celebran la fiesta antes de la fecha indicada. Según cuentan, los misioneros antiguos pasaban visitando las campiñas y celebrando las misas y las fiestas. No les daba abasto las visitas. Culturalmente en Cochabamba – Perú, celebran las fiestas antes o después de la fecha que celebra la Iglesia Universal.
Termino con esta frase del Papa Francisco que nos anima a continuar en la misión. “Todos estamos invitados a SALIR, como los discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana”.
La Comunidad de Cochabamba, Perú