Inauguración de una casa de Espiritualidad A.R.

 

El pasado miércoles 23 de abril del presente año, fue la inauguración de la Casa de Espiritualidad de los Agustinos Recoletos en Cuernavaca, Estado de Morelos, México. Donde las MAR tuvimos la oportunidad de participar.

 

La celebración de este día dio inicio a las 12:30 con la Eucaristía presidida por Fray Carlos González, OAR, vicario de México-Costa Rica. Aunque antes ya estábamos reunidos en la finca de los frailes.

 

La capilla de la nueva casa esta engalanada con un hermoso fondo, un mosaico con la imagen de Betania: la casa de Lázaro, Marta y María junto a Jesús. Así de hermoso es su significado y el motivo de haberlo colocado en esta capilla pues cada uno de los personajes representa uno de los pilares de la Iglesia. Los tres hermanos, comenzando por Lázaro evocan la amistad con Jesús, el abrazo al amigo, la confianza y libertad que sólo se experimenta entre los amigos. Luego está María que contempla, oye y abre su corazón a la voz del Maestro, entrega su ser a la escucha a Él. Y Marta, que desde la experiencia con el Maestro se siente enviada a servir, a hacer, a exteriorizar lo recibido del encuentro con Jesús; y finalmente, pero principalmente, está Jesús que integra y da unidad a todos los demás personajes pues los tres tienen su razón de ser desde Jesús.

 

Y casualmente o por qué no decirlo por “diosidencias” (coincidencias, pero en las que vemos el actuar de Dios), estos aspectos ya nos lo recordaba la cita del Evangelio según San Juan 13,1-15 que leímos el pasado 17 de abril celebrando el Jueves Santo, en el que resaltaba también tres elementos: primero, “Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo y así los amó hasta el fin”, por este amor convocó a sus discípulos a la cena, los llamó amigos, como a Lázaro, y fue capaz de dar la vida por amor. Segundo, la traición de Judas que apartó su corazón del Maestro que le había amado. Y que personalmente, me cuestiona sobre dónde tengo puesta la mirada y el corazón en este seguimiento. Aspecto que emite el personaje de María a los pies de Jesús. Y el tercer elemento está en el gesto de Jesús al lavar los pies de los discípulos invitando al servicio, a la misión, a la caridad, a la humildad en el hacer partiendo del encuentro con el Maestro tal como Marta. Y como fundamento y elemento común de éstos se encuentra Jesús.  

 

Y no termina aquí, pues estos mismos elementos que se reflejan en la vida de la Iglesia en general, se reflejan también en nuestra Orden de Agustinos Recoletos de una manera especial. Nuestra familia agustiniana vive la parte de contemplación, de recogimiento, de interioridad, de conversión y escucha, que representa a María, pero representada fuertemente por nuestras hermanas de clausura, las Monjas Agustinas Recoletas. Nuestra familia agustiniana vive la parte de la acción, de la misión, el servicio y la entrega a los más necesitados a partir de la experiencia y encuentro con el Maestro como Marta y que es representada por los frailes Agustinos Recoletos y las hermanas Misioneras Agustinas Recoletas. Y toda la familia vive el tercer elemento de la amistad y la fraternidad, las monjas, los frailes, las hermanas MAR y la fraternidad seglar. Y como elemento fundamental está Jesús, el abrazar a Cristo y su proyecto por el Reino, seguirle y vivir la entrega por Él y desde Él.

 

Fray Carlos González hacía referencia de estos elementos también presentes en la primera lectura de este día tomada de los Hechos de los Apóstoles 3,1-10: Juan y Pedro representan la fraternidad y la amistad, que en el mosaico es lo que evoca Lázaro. La acción de ir al Templo representa la contemplación, que es lo que evoca María. Y el que hayan atendido la necesidad que se les presentó con el paralítico y el sanarlo representa el lado de la misión, la acción, que es lo que evoca Marta. Y todo lo hicieron en el Nombre de Jesús.

En fin, podríamos sacar aun mucha riqueza de estos tres hermanos de Betania con Jesús, pero por ahora me conformo con compartir lo que más me ha cautivado de este mosaico.

 

Después de la eucaristía en la que participaron los padres Agustinos Recoletos, las Monjas Agustinas Recoletas, las MAR, algunos miembros de la Fraternidad Seglar y algunos otros invitados; pudimos compartir una deliciosa comida donde había paella, alambre y tacos al pastor  y como obsequio para las comunidades hubo un cuadro del mosaico de la capilla de la nueva casa, que ahora adorna el acogedor oratorio de nuestra casa y que nos ayudará a no olvidar este gran día y las muchas riquezas que Dios nos concede desde la Iglesia, la Orden y la Congregación de Misioneras Agustinas Recoletas que también poseemos en el carisma a los personajes de Betania: Misión, Amistad, Contemplación e Interioridad.

 

Que el Señor nos conceda sentirnos amigos y amigas suyos, nos conceda abrirle y entregarle nuestro corazón y poder llevarlo a los que más lo necesitan. Con un gran abrazo y deseando muchas bendiciones me despido desde la casa Postulantado, México, D.F.

Rosmery García

Postulante MAR