Caminó confiando de que alguien iba a su lado,

La luz de Cristo llevaba en su vida: vasija de barro.

Era hermana y madre de los indios aislados.

Unida al amor de Dios Padre, con ellos estaba.

Su vida entregó sin reparo pues a los indios amaba.

Asumía con valentía su misión, por la justicia y paz luchaba.

 

Cristo era su centro y en Él ponía su confianza,

Amante de su Reino, servidora de su pueblo.

Reía y lloraba con ellos.

Oraba, pues Jesús a través de ella a los indios abrazaba.

La pasión por el Reino a ella la empujaba, a ver en los indios a su Jesús crucificado.

Indígenas, mestizos, leprosos y encarcelados, misericordia todos ellos en Cleusa hallaban.

No tuvo miedo de anunciar el Evangelio, siempre estuvo disponible para llevarlo a los de lejos.

Anunciaba con valentía y con el rostro lleno de luz que

en la vida todo tiene valor, nos enseña Cristo en la Cruz.  

Autor:

Jasmeiry De La Cruz, MAR