De Jesús con Ana Joaquina y Lucelia

 

En el colegio Agustiniano Norte de Bogotá, el día 15 de junio, dimos gracias a Dios por los 50 años de vida religiosa de nuestras hermanas Ana Joaquina Mariño y Lucelia Ramírez. 

La ceremonia, estuvo  preparada con gran amor y agradecimiento a Dios, que las llamó, y a la congregación, que las recibió en su seno. 

Presidió la celebración el padre Jairo Soto, provincial de los Agustinos Recoletos y concelebraron 8 sacerdotes, entre ellos un tío de Lucelia, (franciscano),  algunos padres seculares y otros OAR.

Además estuvieron presentes familiares y amigos de Ana Joaquina  y Lucelia, y algunas hermanas MAR de las comunidades de Bogotá. 

Cabe resaltar que la hermana Lucelia pertenece a la viceprovincia Santa Mónica y se encuentra de vacaciones, compartiendo unos días con la familia.

 

A continuación les compartimos las palabras de Acción de gracias de Ana Joaquina 

 

“Mi Dios y Señor, ¿qué puedo decirte? Muchas cosas hay en mi corazón imposibles de expresar pero… Tú las conoces y entiendes. Gracias por ser mi Padre, mi guía, mi salvador y mi todo. Solo puedo decirte que vale la pena dejarlo todo por conocerte y seguirte a Ti. 

 

Gracias por la familia que me diste: papá, mamá, hermanos y hermanas, son un regalo para mí, los llevo en mi corazón, los quiero a todos; gracias por las amigas, los amigos, ellos me han permitido crecer en todo aspecto y comprender tu amor. Gracias por las personas, hombres y mujeres, que he conocido y con quienes me he relacionado a lo largo de mi existencia; gracias por las hermanas de la congregación; gracias por la naturaleza, por el aire, por la luz del día y la oscuridad de la noche, a través de la creación nos manifiestas tu permanente asistencia y amor. Gracias por los momentos de alegría y tristeza, de éxitos y derrotas, de risa y llanto; todo ha sido una escuela de aprendizaje y acercamiento a ti, mi Dios. Eres maravilloso, me sorprendes a cada momento.

Me has dado la oportunidad de hablar de Ti al niño, al joven, al adulto, al pobre y al enfermo; a ellos he podido llegar y llevarles tu alegría y tu amor, gracias a la apertura de mi Congregación, a la generosidad de mis hermanos, hermanas y amigos que me han proporcionado lo necesario para hacerles sonreír con un juguete, un vestido o con el alimento que en ese momento necesitaban para vivir. ¡Qué grande eres mi Dios! Apareces cuando uno menos piensa, cuestionas, llamas, atraes y enamoras.

Te amo mi Dios y Señor. Gracias por los sacerdotes que hoy me acompañan y que han hecho posible esta celebración; ellos me han acercado a Ti, algunos han acompañado mi caminar, me han orientado en mi respuesta y me han llevado a descubrir tu voluntad. Gracias por el coro mayor del Ejército Nacional que nos ha llevado, con sus cantos al encuentro Contigo. Gracias por haberme dado como Madre a la mujer que te recibió en sus entrañas. Jesús, si volviera yo a nacer, te pediría que me volvieras a enamorar de Ti. Bendice a cuantos hoy me acompañan y a los que no han podido venir. Así sea.”

 

{gallery}borojuac,limit=0,random=1,width=200,height=100,gap_h=20,gap_v=20,displayarticle=1{/gallery}