​35º ANIVERSARIO DE LA PASCUA DE LA HERMANA CLEUSA CAROLINA RODY COELHO

MISIONERA AGUSTINA RECOLETA

El 28 de abril del presenta año, la Congregación de Misioneras Agustinas Recoletas, celebra, la pascua de nuestra hermana Cleusa, quien hace 35 años, llegó al culmen de su compromiso misionero, entregar su vida por defender la causa de los hijos de Dios. Vivió para que Dios reinara, pero no podía reinar donde hubiese injusticia, odio, miseria infrahumana, pecado.

Su vida tiene el encanto del alma que se ha dejado moldear por Dios. En todos los escritos y testimonios que se han recogido podemos tener unas pinceladas de su vida espiritual, de su personalidad, de su opción de servicio a los mas necesitados, que nos inspira y anima a dejarnos tocar por el Espíritu de Dios.

No tiene otro sentido celebrar y hacer memoria de ella y su compromiso hasta la muerte como fiel discípula de Señor, sino se despierta el ardor por la misión.

Este aniversario, nos ha encontrado en una situación excepcional, a nivel mundial, donde todos hemos sido tocados en lo mas profundo de nuestra existencia, en la libertad y el cuidado de la propia vida y la de los que nos rodean.

Nuestra hermana Cleusa, con seguridad, su mayor preocupación en estos momentos no sería su vida, sino la de los mas necesitados, queremos como ella movernos por amor y con sabiduría y trabajar para que florezca la solidaridad, la justicia, el bien común.

¿Cómo lo vamos a lograr? Como ella, haciendo todo por amor a Dios y a los demás, radical y fiel en el seguimiento y alimentada por la Palabra que da vida y trabajando incansablemente para que Dios Reine.

Celebrar en su memoria es una oportunidad maravillosa para avivar el fuego de la misión y encender infinitas hogueras de servicio, ayuda, atención, escucha, encuentro fraterno, cuidado de la vida, unidad, esperanza, compartir, para ser luces en la noche que vive la humanidad.

Hace 35 años, la Hna. Cleusa, nos entregó la antorcha de la misión que ella llevó, sigamos transmitiendo su fuego, recíbelo en tu corazón y que Dios nos impulse a testimoniar a Jesús con toda libertad como lo hizo la hermana Cleusa.