¡Él no está aquí, ha Resucitado!

Nuestra hermana Astrid nos comparte la Cuaresma y Semana Santa en la Parroquia nuestra Señora de Nazaret de la Prelatura de Lábrea, Amazonas, Brasil. Click aquí

El viernes 11 de abril en el sector 1 de la parroquia, en la comunidad Ntra. Sra. de Fátima iniciamos el viacrucis, haciendo memoria y reflexionando el tema de la campaña de la fraternidad “Es para la libertad que Cristo nos libertó” Gal. 5,1. Estuvimos meditando sobre los acontecimientos que han enlutado nuestra ciudad a causa de la violencia y delincuencia que han quitado el derecho a la vida. Así pues empezamos en el túmulo de nuestra hermana Cleusa en la capilla de Fátima, quien también como muchos, su vida fue arrebatada por las armas. De allí iniciamos la caminada por las calles, haciendo las paradas en los lugares donde la sangre de muchos fue derramada injustamente. La pasión de Cristo, el dolor de María se continúa viviendo en muchos hogares, especialmente en los hogares de Lábrea, ya que pocos tienen respeto por la vida. 

Historias y rostros llenos de dolor se dejaban ver cada vez que parábamos a meditar, niños que recordaban la muerte de sus padres, y parientes desconsolados; pero que en este día, la meditación de la pasión del Señor los reconfortaba en su dolor y la esperanza en la resurrección es la fe que alienta. Dos momentos fueron bastantes dolorosos para todos nosotros, ya que son recientes estos acontecimientos. Uno de ellos fue el recordar la partida trágica de nuestro querido amigo Jesús, profesor del Centro Esperanza. Y la de Ana Karina, una niña de 13 años que la tragedia marcó con dolor la vida de su familia y de la ciudad. 

Con tristeza y esperanza por la fe, terminamos este camino en el cementerio viejo de la ciudad, en torno a la cruz iluminada, ya que ni la tragedia, ni el dolor opacan nuestra fe, y mucho menos la esperanza en la vida eterna. 

La Parroquia de Lábrea en la ciudad tiene 12 comunidades, así pues las celebraciones de la Semana Mayor fueron divididas por los 3 sectores parroquiales para ofrecer mejor atención a la feligresía. Nosotras participamos y comunicamos a ustedes la celebración del sector 3 que corresponde a la Catedral.   

Domingo de ramos: en la plaza de Lábrea, se inició la semana mayor, el pueblo que proclama al Señor, y lo acompaña a Jerusalén entre cantos y aclamaciones. Así con fe y palmas en las manos solemnemente abrimos nuestra semana en la catedral. 

Los días lunes y martes tuvimos celebraciones que invitaban a la reflexión y meditación confrontándonos con la Palabra.

El miércoles Santo la cita fue en dos lugares estratégicos para llevar a cabo la procesión del encuentro de la Madre y el Hijo. Los hombres se congregaron en la escuela María Magdalena con el Cristo; y las mujeres en el puente de hierro de la ciudad con María nuestra Madre. Hacíamos paradas en el trayecto para meditar y rezar el dolor, encomendar las necesidades de las madres y padres de la ciudad, pidiendo la intercesión de nuestra Madre ante su hijo, para que el dolor sea más llevadero y tenga significado en la desesperación.

Concluimos nuestra caminada, en la plaza de la ciudad, con el encuentro de las imágenes de María Dolorosa con su Hijo Jesucristo. La proclamación de la Palabra iluminó nuestra celebración que dio apertura a las confesiones. Los sacerdotes de la parroquia se distribuyeron en el templo para acoger a los feligreses que se acercaban a este Sagrado Sacramento.

Jueves Santo: a las 07:30 pm, el pueblo del Señor se reunió en la catedral para hacer memoria al acontecimiento que alienta, alimenta y anima nuestra espera en la vida eterna, la gran cena del Señor con sus apóstoles. Este día fue especial para toda la comunidad, cada momento tenía elementos precisos que invitaban a trascender y revivir ese acontecimiento. 

Al culminar la celebración, el Santísimo quedó en el monumento en la hora de silencio para la oración personal de quien lo deseara. Los padres y algunos laicos nos dirigimos a nuestra casa para una cena como momento de celebración y fraternidad. Al terminar, inmediatamente volvimos a la parroquia para iniciar la vigilia de oración, con gran parte del pueblo. 

Viernes Santo: el silencio fue una de las características de la ciudad, con el cielo iluminado por el sol radiante del Amazonas. A las 6 de la tarde comenzó la celebración de la palabra, después de la adoración de la cruz salimos por las calles de la ciudad meditando la pasión del Señor. Quince paradas para meditar el documento de la Campaña de la fraternidad “Es para la libertad que Cristo nos libertó” (Ga. 5,1), para la libertad, para la felicidad, para el amor, para el diálogo, para el respeto, para la justicia. No fue en vano el sacrificio del Hijo del Hombre, no fue en vano su entrega, no fue en vano su donación total por amor. Es el eco que nos queda a los cristianos en este día. Así cada uno fue a su casa, con esta voz en nuestros corazones.

Sábado Santo: entorno a la fogata nos congregamos, en nuestros corazones la alegría y la esperanza esperaban el momento preciso para festejar. Encendiendo el cirio, signo de la vida nueva que el Maestro nos ofrece, iniciamos nuestra procesión hacia la catedral. Cristo Luz del mundo… Cristo luz del mundo… Cristo luz del mundo… Gracias al Señor, llegó nuestra luz, luz para todos, luz que trasciende, luz que es más fuerte que las tinieblas, luz del Creador. Y así fue, la luz llegó; la Palabra nos iluminó, y la alegría sobresalió. 

La Vigilia Pascual fue vivida y dirigida con detalles, con nuestro chocolate pascual, con solemnidad y con gran alegría. La participación de la feligresía, la bienvenida de dos niños a nuestra comunidad por el signo del bautismo, el abrazo de la pascua y la convicción de que Cristo venció la muerte nos acompaña a todos, nos invita a comunicar con nuestras vidas esta gran noticia. ¡Él no está aquí, ha Resucitado como lo había dicho! 

Gracias al Señor por esta semana, por resucitar, por abrirnos las puertas del Cielo, por restaurar nuestra filiación con Dios Padre. Estamos alegres, estamos dichosos… nuestra fe tiene sentido… Feliz Pascua para todos y todas…

Astrid Ibarra

Comunidad MAR de Lábrea 

 

{gallery}penlabrea,limit=0,random=1,width=200,height=100,gap_h=20,gap_v=20,displayarticle=1{/gallery}