Con estas palabras quiero agradecer a Dios porque sigue siendo ese manantial que sacia mi vida y lo sigue haciendo de una manera silenciosa.

El 15 de marzo, en la celebración de Laudes, renové mis votos por dos años en el colegio Nuestra Señora de la Consolación, en Granada. Ante este acontecimiento tan importante, mi corazón se sigue estremeciendo de amor y alegría al ver que Dios me acompaña y me sigue acompañando en este valle que, por momentos tiene espinas, pero ante ello, me he aferrado a Dios, contemplando su dulzura y su amor infinito.

En este tiempo, he ido aprendiendo muchas cosas y sigo aprendiendo. También he visto el paso de Dios por mi historia y cómo se sumerge en lo más hondo de mi ser haciéndome sentir su presencia.

Este tiempo me ha ayudado a confrontarme y a afirmar que mi vida como consagrada  es plena cuando la vivo cerca de Aquel que me amó primero.

Para mí ha sido un tiempo de gracia y de experimentar cambios, he reconocido que no estoy sola, sino que voy acompañada de la presencia de mi amado Jesús, que es la persona que sigue dando sentido y vida a mi existencia y vocación.

Le agradezco a Dios por este nuevo SÍ, y le pido que su misericordia se siga derramando en mi corazón para ser fiel a su promesa y abandonarme de esta manera en sus manos.

 

Santa Isabel Mojica MAR