ENCUENTRO DE JUNIORAS/ES JUNIO 2018

 

Como cada mes, la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos/as abrió sus puertas para ofrecernos la semana de formación para juniores. En esta ocasión, el tema fue el “Aporte de la NUEVA CANCIÓN LATINOAMERICANA a los procesos de concientización en la denuncia de la injusticia social y la construcción de una nueva sociedad”, dirigido por Darío Tipán, educador,  facilitador en el Centro de Formación Mons. Leonidas Proaño, integrante del grupo musical “Solo Pueblo” y  laico comprometido en el servicio de la pastoral juvenil quiteña.

La Nueva Canción hace referencia al movimiento musical que se desarrolló en Latinoamérica a partir de la década de los sesenta como producto de los procesos políticos y sociales que removían sobre todo el cono sur del continente, marcados claramente por el éxito de la Revolución Cubana y por una definida ideología de izquierda. Es un género que nace como medio de lucha contra las élites y oligarquías y como medio de concientización de la necesidad de cambio en las estructuras socioeconómicas.

Dentro de los grandes exponentes de este género musical, también conocido como música protesta, canto popular, canción combativa y canción de compromiso, destacan Alí Primera y Soledad Bravo (Venezuela), Violeta Parra y Víctor Jara (Chile, este último asesinado durante el golpe militar de Pinochet), Facundo Cabral y Mercedes Sosa (Argentina), y Silvio Rodríguez y Pablo Milanés (Cuba). Sus canciones son una denuncia contundente contra el poder político, militar y a menudo religioso, y una llamada aguerrida al levantamiento y la lucha contra la opresión y la desigualdad.“Miren cómo nos hablan del paraíso, cuando nos llueven balas como granizo”, “el patrón hace años, muchos años, que está mordiendo al obrero” son sólo algunas frases que nos revelan el corte de este tipo de composición.

Y se preguntará más de uno qué tiene que ver esto con la vida religiosa si la revolución es totalmente contraria al Evangelio… la verdad es que no del todo. Ciertamente, Jesús es Príncipe de Paz, como anuncia la profecía de Isaías, y eso no está sujeto a cuestionamiento: la Buena Noticia no calza con la violencia… pero también lo es que nadie como el Nazareno supo plantar cara a las realidades de opresión y proclamar la bienaventuranza de los que se encontraban bajo su yugo. Y si de cantares combativos se trata, su Madre también es Maestra para nosotros: “Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos” (Cf. Lc 1, 52-53).

Desde este enfoque, la semana de formación nos deja una clara llamada: apropiarnos de la música como medio de evangelización y seguir cantando a la justicia y a la esperanza, combatiendo la actual cultura musical que en lugar de despertar, pareciera que adormece las conciencias. De alguna manera asumimos el compromiso, y como resultado brotaron cuatro canciones escritas por nosotras mismas. Estas creaciones nos demuestran que el Señor nos sigue regalando dones para el servicio de la misión y nos animan a no enterrarlos, sino hacer que den frutos para el Reino.

Terminamos agradecidas con Dios, nuestras comunidades, la CER y Darío por estos días de tanta riqueza, dispuestas de verdad a ofrecer esta propuesta a aquellos con quienes nos relacionamos pastoralmente, especialmente con las nuevas generaciones que son las que tal vez más necesitan despertar a la realidad que nos circunda.

Yolenny Ramírez, mar