LA ARDUA LABOR DE NUESTROS COLABORADORES

 

Queremos expresar nuestro profundo reconocimiento a la ardua labor de cada uno de los colaboradores en nuestras comunidades de las Misioneras Agustinas Recoletas. El esfuerzo, dedicación, lealtad, sentido de pertenencia, responsabilidad y honestidad, entre otros valores, no pasan desapercibidos para nosotros. Su apoyo es esencial para el éxito de nuestra misión. Como una hermana lo describió acertadamente, ellos son el brazo extendido de la comunidad, realizando tareas que por nuestras limitaciones de edad, enfermedad, o por funciones que no desempeñamos las hermanas, no podríamos llevar a cabo. Nos hemos capacitado en otras profesiones, y si nos dedicáramos a otras labores, no podríamos dedicar el tiempo necesario al anuncio del Evangelio, que es nuestra verdadera vocación.

Sentimos una profunda admiración por la creatividad e innovación constantes de cada uno de nuestros colaboradores, que se reflejan en su trabajo diario. Agradecemos sinceramente el esfuerzo que han realizado y queremos asegurar que el reconocimiento se extiende a todos los colaboradores, incluso a aquellos que ya no están con nosotros, ya sea porque se han incorporado a otras empresas, comunidades o instituciones, o porque el Señor los ha llamado a formar parte de su reino celestial. Como dice el texto bíblico: “¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el amo pondrá al frente de la casa para dar la ración adecuada a la hora debida? Dichoso aquel siervo a quien su amo, cuando vuelva, encuentre obrando así. En verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda” (Lc. 12,32-48).

Queremos también destacar la dedicación, atención, apoyo, innovación, organización, responsabilidad, servicio, compromiso, respeto y confianza de Elba Ambuila Balanta y José Norbey Salas. Ambos colaboradores, que se han jubilado debido a su edad, dejaron una huella imborrable en nuestras vidas. Les estamos profundamente agradecidos, no solo por su labor, sino también por las cartas conmovedoras que nos dejaron al partir, que tocaron las fibras más profundas de nuestros corazones.

Que Dios, quien nunca se deja ganar en generosidad, recompense con abundantes bendiciones a cada uno de nuestros colaboradores.

María Sonia Segovia MAR – Comunidad del Limonar

 

A continuación, compartimos las cartas que nos dejaron:

 

Santiago de Cali, 3 de marzo de 2024

 Queridas hermanas Misioneras Agustinas Recoletas:

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por haberme brindado la oportunidad de formar parte de esta prestigiosa comunidad durante estos 23 años. A cada una de las hermanas que he tenido el honor de conocer, cada una muy especial con sus diferentes formas de ser, pero todas unidas por la prudencia, amabilidad y el don de servicio.

Ser testigo del crecimiento del Colegio ha sido una experiencia muy gratificante para mí y por ello, quiero extenderle mis agradecimientos y felicitaciones por el esfuerzo que he visto para sostener la Institución durante todo este tiempo. Me considero afortunado de haber formado parte de su equipo de confianza y, aunque a lo largo del camino han enfrentado algunos obstáculos, me alegra saber que siempre pudieron resolverlos de la forma más adecuada.
Me gustaría reiterarles nuevamente mi agradecimiento por la oportunidad que me brindaron y de igual manera, quiero que tengan muy en cuenta que las llevo en mi corazón y que si en algún momento necesitan algo y está a mi alcance con gusto estaré atento a colaborar en lo que ustedes requieran, sin dudarlo ni un momento.
Les deseo muchos éxitos a cada una de ustedes y que sigan con esa bella labor misional.

Con mucho cariño;

JOSÉ NORBEY SALAS

 

Santiago de Cali,  1 Junio de 2024

Queridas Hermanas Misioneras Agustinas Recoletas:

Con profunda gratitud y emoción, me dirijo a ustedes en este momento para expresar mi mas sincero agradecimiento por la oportunidad que me brindaron de trabajar junto a ustedes durante este tiempo.
Esta experiencia ha sido enriquecedora y transformadora para mí.
Durante este periodo he tenido el privilegio de presenciar de cerca su dedicación inquebrantable a servir a los demás con amor y compasión. Su entrega desinteresada y su devoción a su labor misionera han sido una inspiración constante para mí. Gracias a esta experiencia, he crecido tanto a nivel personal como profesionalmente. Me he sentido parte de su familia y he visto el impacto positivo de sus esfuerzos en las comunidades que sirven.

Por todo esto, quiero expresar mi mas profundo agradecimiento a cada una de ustedes, queridas Hermanas Misioneras Agustinas Recoletas. Su generosidad, bondad y entrega han dejado una huella imborrable en mi vida, y siempre estaré agradecida por la oportunidad de haber compartido este tiempo con ustedes.
Que el Señor Dios continúe bendiciendolas.

Con todo mi cariño y gratitud,

ELBA NUR AMBUILA BALANTA