De la memoria viviente de Cristo, presente en la vida de nuestra querida M. Esperanza Ayerbe de la Cruz, reflejada en sus escritos, espiritualidad e impulso misionero, surge la iniciativa de potenciar la oración por las vocaciones para nuestra congregación;  así que desde 1969 cada 23 de mayo recordamos su pascua y oramos para que a través de su ejemplo, vivamos nuestra vocación y removamos, con nuestro testimonio, la opción por Cristo, en las y los que son parte de las acciones apostólicas, de manera especial en nuestros colegios, en los que contamos con hijas e hijos de Dios llamados a descubrir nuevos horizontes.

 

En el colegio Ntra. Señora de la Consolación en Cali, fundado en 1954, esta celebración programada y presentada al Dueño de la mies, se llevó a cabo en torno a una semana vocacional entre los días 20-24 del mes de mayo, a la cual fuimos invitadas Yolenny y yo, a compartir la vivencia e identificación con nuestra historia y carisma.  Al entrar a las instalaciones del colegio, el ambiente llamaba a cuestionarnos sobre el plan de Dios para nuestras vidas; en las paredes colgaban carteleras con insinuaciones vocacionales y entrevistas realizadas a mujeres y hombres que ya viven una vocación específica.

 

La jornada de cada día iniciaba en cada salón con la oración vocacional dirigida por alguna hermana o profesor; luego venía la exposición y reflexión sobrelas vocaciones específicas; se realizó un expo-carisma vocacional,  con invitados para cada día: jóvenes integrantes de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis, Hnas. de S. Juan evangelista y nosotras las Misioneras Agustinas Recoletas. 

 

El día miércoles expusimos la acción de Dios a través de las preguntas ¿Cómo? ¿Dónde? y ¿Para qué?, nace nuestra congregación.  También estaban con nosotras las Hnas. de S. Juan Evangelista que realizaban la misma misión;  nos encontramos con pequeñas, adolescentes y jóvenes, hijas de Dios atentas e inquietas sobre cómo descubrir la llamada a vivir como mujer consagrada al Padre y al servicio de los más desprotegidos, pues la acción realizada con las niñas chinas en los comienzos de nuestra congregación, hacía comprender implícitamente que solo el Amor verdadero puede mover a realizar tal acción; las niñas mayores, con más naturalidad expresaban preguntas claves que nos impulsaban a abrir el corazón, de joven a joven, realzando la Gracia de Dios al llamar a personas con sus historias, debilidades, dispuestas por Él a ser instrumentos de su Amor.

 

Llegado el día 23, esperado con emoción, la actividad organizada buscaba plantear nuestra esencia de M.A.R. Teniendo en cuenta la edad y el grado,  se conformaron varios grupos, identificados con nombres, lugares, personajes, ciudades, conventos, relacionados con nuestra historia de ayer y de hoy, y brindando la oportunidad de que las chicas interactuaran con las de otros salones y que, más tarde, se encontraran en un lugar determinado, donde una  hermana o profesor las esperaba para exponer la reseña histórica de nuestra congregación y realizar alguna dinámica que retroalimentara las bendiciones que Dios nos ha regalado desde nuestros inicios.

 

En horarios distintos los grupos se reunían en el teatro donde les esperábamos Nazly, Yolenny y, Brenda para exponer más sustancialmente el carisma que abrazamos y procuramos vivir cada día más a profundidad; la dinámica procuraba comunicar lo anterior en forma breve. Las chicas observaron un video sobre la vida de fe en la M. Esperanza, además de la danza “Se busca un corazón” en el que interactuaban los personajes: Jesús, una religiosa y una joven, comunicando a través de movimientos el camino de búsqueda de la vocación y entrega de vida a Jesús; también observaron la vivencia de nuestro carisma por medio de fotos, valorando aquel comentario que dice: “las imágenes hablan más que las palabras”

Para finalizar puntualizamos en lo que significa SER MAR, e invitamos a cuestionarse con sencillez: ¿Qué quiere Dios de mí?, dejando como apoyo de respuesta la propuesta de integrar el primer grupo JUVEMAR en el colegio, donde seguramente iluminadas por Dios descubrirán esta y otras respuestas.  Hemos disfrutado esta experiencia unidas a tantas hermanas que elevaban oraciones por el éxito de la misma.

 

¡No a nosotros Señor, sino a Tú Nombre da la Gloria! Te agradecemos por esta experiencia de comunicar tu obra recreadora en tus elegidas porque, entre el comunicar y comunicarnos, habita una estrecha relación de considerar cómo sigues llamándonos a vivir, enamoradas y decididas, tu proyecto.

 

Brenda Leticia Ovalle (Novicia MAR)

 

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