Escribo desde mi nuevo destino, soñado por muchos y muchas… Lábrea-Amazonas… mi llegada a Brasil fue el 2 de septiembre a Vitoria-Espíritu Santo. Me esperaban las hnas Josefina y Geralda, de allí a la casa provincial, donde un afiche de bienvenida, el cariño, la fraternidad me hacían sentir en comunidad de hermanas, donde está latente nuestro carisma así esté en otro país, con otra lengua y en una nueva misión.

Una semana en Vitoria compartí con las hnas de Cariacica y el colegio, también participé de la caminata “un grito por la vida” y la gran fiesta de nuestra Señora de Vitoria. Partí hacia Manaos, aquí me esperaban la hna. Madalena y el Padre Cleuto OAR. 

Mí estadía en Manaos fue un poco más extensa ya que tramitaba mis documentos en la policía federal, mientras disfrutaba de la compañía de la comunidad de hnas. Al culminar este proceso, por fin viajé para mí destino “Lábrea”  el día 4 de Octubre día de San Francisco ahora en el aeropuerto me esperaban la hna. Ana María MAR y el Padre José OAR. Al llegar a casa me esperaban las hnas. Itárica y Jocerlane. 

En el almuerzo compartimos un poco y por la noche fuimos a acompañar a las comunidades de San Francisco. Al día siguiente dedicamos el día para la meditación y reflexión; la misión fue el tema del retiro, oportuno para iniciar mi misión en esta parte de la gran mies del Señor.

Por la noche acompañamos a la comunidad de Nuestra Señora de Aparecida en la novena que preparaba la gran fiesta del domingo 12 de octubre. En la celebración la coordinadora de la comunidad junto con el sacerdote me presentaron y dieron la bienvenida, este fue un gran gesto de acogida. 

La mañana del domingo 6 salimos bien temprano: Hna. Ana María MAR, Verilda (laica), el Padre José y yo hacia el rio Passiá, donde esperaríamos la canoa que nos trasladó hasta la comunidad Apuriná; en el trayecto él P. José iba contando las características del lugar y la historia. 

Por el camino hicimos parada para visitar la capilla donde fue lugar el martirio de la hna. Cleusa MAR, hicimos una oración, recordamos ese momento tan importante para nosotras y la vida misionera de la prelacía, al partir nos encomendamos a ella. Seguimos el camino, y todo era propicio para agradecerle a Dios por las maravillas que su amor nos provee, la naturaleza entera nos acompañaba para agradecerle, todo lo que ha creado es inmenso, es la muestra de su amor para con nosotros.

Al acercarnos, la comunidad divisó e inmediatamente las campanas y los fuegos artificiales llamaron a todos para darnos la bienvenida, visitamos algunas casas, culminamos los detalles para dar inicio a la procesión con San Francisco. Todos se unían a nuestro paso y luego en procesión entramos a la capilla.

La eucaristía contó con la asistencia de toda la comunidad, también celebramos el bautismo de 4 niños, que a través de este gesto se unen a esta nueva familia. La alegría, los símbolos y los gestos caracterizaron la celebración. 

Al culminar la familia del Sr. Raimundo cacique de la comunidad indígena nos invitó a cenar y compartir con ellos. Algo característico es el detalle de ofrecernos lo mejor y más especial para ellos. La comida, el lugar, los utensilios… grande enseñanza!!!Después de la cena se reunieron en el salón para continuar la celebración con sus bailes típicos.

Por la mañana muy temprano salimos, el Sr. Raimundo conducía la canoa, compartimos el viaje con una pareja que también iba a Lábrea. El viaje fue un poco más corto, ya que con la experiencia de ellos y conocimiento del lugar explicaban con detalle cada una de las plantas, aves, la historia que guarda y las partes del rio…. 

Que me queda, agradecerle al Señor por su muestra de Amor… todo ha sido muestra de su bondad, gracia y compañía… fue significativo para mi ir a esta comunidad, celebrar con ellos la fe, estar allí, gracias incesantes Señor… gracias por este destino, por esta misión… en tus manos y confiada a tu bondad sigo el camino que me muestras… 

Gracias a todos: a mí viceprovincia Santa Mónica donde nací,  por la oración, el cariño y el apoyo que me han ofrecido y continúan ofreciendo. Por esta provincia Santa Rita que me acoge con la humildad, la caridad, la sencillez y la alegría características de nuestra congregación. Los Padres OAR que en cada lugar que voy están presentes como nuestros hermanos, y todas las comunidades por las que he pasado y voy… Dios los bendiga a todos. 

¡SOLO A DIOS EL HONOR Y LA GLORIA!

Astrid Ibarra

Lábrea-Amazonas, 09 de octubre de 2013

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