Niños apadrinados del sur de Bogotá D.C.

por Haren Alde ONGD

           Comunidad M.A.R. de Bochica

Desde años atrás más concretamente, desde los años 2015 y 2016 la comunidad de Bochica, ubicada al Sur de Bogotá; viene retomando procesos de acompañamiento espiritual y apadrinazgo, con un grupo de niños  de escasos recursos que necesitan del espíritu solidario de programas como el de Haren Alde que es una ONGD de nuestros hermanos Agustinos Recoletos. Esta población se puede beneficiar de esta ayuda, gracias a la colaboración de personas de España, que busca ayudar al progreso humano espiritual de esta población vulnerable en varios sitios de América.

Así mismo gracias a las campañas de ayuda y a la puesta en común de estos proyectos en un trabajo en equipo, junto con un grupo de Pastoral de la Uniagustiniana (Universidad  San Agustín de los Agustinos Recoletos con sede en Bogotá) se dio realce a uno de los encuentros programados trimestralmente y que cierran el año con el compartir navideño. Esta actividad se llevó a cabo gracias, a la generosidad de los integrantes del grupo Koinonía, quienes motivados por Fray Diego Montoya OAR, realizan diversas actividades para recaudar regalos y compartir con los más necesitados.

Aunque ha pasado ya el tiempo, aún seguimos recordando que el pasado 5 de diciembre, como la comunidad MAR se fue disponiendo para dar acogida a nuestros invitados; a través de dinámicas preparadas por las dos hermanas postulantes Diana y Ana María, se fue creando el ambiente de integración para dar participación y llenar de alegría el momento.

Y entre aplausos sorpresivos acogimos la llegada del grupo Koinonía quien se fue vinculando a la actividad.

Este grupo de jóvenes colocaron el toque espiritual que necesita muchas veces estos espacios de compartir fraterno, y con una sentida oración, se comenzó dando gracias a Dios por todo lo que el Señor había regalado en este año, de manera especial se agradeció la oportunidad de poder llegar a estas familias tan sencillas y acogedoras.

Luego se hizo un taller de flores en Origami; todos mostraban entusiasmo aprendiendo, preguntando y queriendo que su flor fuera la más hermosa.

Después de esto se tomamos un refrigerio el cual cayó muy bien, pues el calor era agotador y se notaba la sed y el cansancio.

Acto final,  los integrantes de Koinonía, repartieron los regalos que ya venían previamente preparados con los nombres de los niños, sus caritas se mostraban entusiasmadas, hubo regalos y rifas para compartir aún con los hermanitos de los niños presentes.

Gracias Señor porque existen corazones que se alegran más en dar que en recibir.

 

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