XIII ENCUENTRO DE JUNIORAS MADRID 2013 – III PARTE

CUARTO TEMA:
MAYORES QUE ABREN PUERTAS A JÓVENES Y JÓVENES QUE INAUGURAN TRAYECTOS EN LOS QUE PUEDEN HACECERSE MAYORES. Luis Alberto Gonzalo Díez, cmf.

Nos falta cierta creatividad en la vida religiosa para hacer el tránsito real hacia la vida real de quien viene. La cuestión no es que quien llegue tenga que adaptarse a unas formas de vida. El planteamiento es distinto. Es que la congregación se va haciendo en cada tiempo, en cada oportunidad de la historia. Y este camino, en buena medida y en buen número de familias religiosas no se está haciendo. Quizá por miedo, quizá por falta de fuerza, quizá por pereza, o por estar muy ocupadas en un proceso de reestructuración que está agotando lo que había en nosotros de creatividad.

¿SE NOS ESTÁ MURIENDO LA VIDA RELIGIOSA?
Hay religiosas que se preguntan si se nos está muriendo la Vida Religiosa, si la estamos dejando morir, si nos ofrecemos sólo cuidados paliativos que entretengan la situación y la prolonguen sin abordar serena y sinceramente el futuro. Siempre está presente y actuante la tentación de buscar remedios tranquilizadores para sortear las veredas de la vida. Así pudiera ocurrir que los religiosos mayores contemporicen, los de mediana edad trabajen y los jóvenes, sencillamente, esperen. Es una situación que evoca armonía aparente. Parece que cada uno está donde tiene que estar y hace lo que tiene que hacer. Sin embargo, cada minuto, cada mes; cada convocatoria, asamblea y documento que no afronte la situación con criterio de urgencia, será una derrota suave y lenta que efectivamente conducirá a una situación no deseada en las familias religiosas.
Aunque parezca una contradicción, para que la comunidad sea una experiencia con vida para todas las edades, necesita que los más jóvenes se hagan mayores. Al menos que se puedan hacer mayores y además se proporcionen caminos de estabilidad:

DECALOGO PARA REVITALIZAR UNA COMUNIDAD REAL: CON PERSONAS DISTINTAS, DE EDADES DIFERENTES Y CULTURAS.
1.    Los que llegamos a la comunidad antes de ayer, los que llegaron ayer, los que acaban de llegar y los que lleguen mañana TIENEN LOS MISMOS DERECHOS y NECESIDADES. Sueñan la misma comunidad evangélica de seguimiento.
2.    La comunidad necesita expresar y vivir, no sólo funcionar. El funcionamiento condiciona la profecía.
3.    La comunidad intergeneracional es un signo en sí. Llama la atención y es un signo contracultural. Evoca Reino, pero su clima y lugar tiene que ser el adecuado. Se da el salto a la “significatividad” cuando se cambian y transforman presencias conforme al hoy de Dios. No hay comunidad intergeneracional cuando nuestra ocupación es cuidar el patrimonio congregacional.
4.    La comunidad intergeneracional no tiene que compartir historias, tiene que compartir sentimientos porque éstos son los que, en verdad, comunican el punto de conexión de cada generación con las otras.
5.    La vida religiosa intergeneracional no se rige por el principio de justicia más injusto que consiste en “para todos lo mismo”, sino para cada uno lo que necesita en dependencia de qué queremos expresar.
6.    Es posible la oxigenación comunitaria cada vez que tomamos conciencia real de nuestra edad. Querer hacer como si todo vale, o da igual o no tiene importancia…, es estar condicionando las posibilidades reales de lo que llamamos comunidad.
7.    La intergeneracionalidad no es una asignatura para dar por supuesta o aprobada. Es la realidad en la cual se encarna la consagración. Es además la posibilidad real de que se dé el futuro, sobre todo, cuando las personas mayores no son esclavas del pasado.
8.    Ser comunidad intergeneracional es abrazar el presente. Sólo desde la experiencia fundante del encuentro.
9.    La situación comunitaria actual está dependiendo, en buena medida, de un estilo pastoral vocacional que es más voluntarista que vital.
10.    La tarea pedagógica y terapéutica de la comunidad intergeneracional tiene tres frentes abiertos: uno es el encuentro con Dios. La comunidad no crece ni con dinámicas, ni con ejercicios de aparente comprensión de la realidad, sino con Dios vivido en este tiempo. Otro, la traducción de nuestra comunidad a esta realidad, sobre todo a los heridos y heridas de la vida. Y tercero, recrear una estética de la fragilidad y la pobreza.

Quinto Tema:
LA REALIDAD INTERGENERACIONAL: ¿CONFLICTO U OPORTUNIDAD? Raquel Navarro, stj.

El conflicto en nuestras Comunidades:
En nuestras comunidades, siempre habrá algún conflicto, pero ¿cómo asumimos ese conflicto?. Pensemos ahora en el último conflicto que hayamos tenido en estos últimos días, ¿con quién fue?, ¿con una hermana de votos perpetuos?, ¿con una compañera juniora?, o ¿con una hermana mayor?, ¿Por qué ha surgido ese conflicto, qué provocó, qué actitud estoy tomado o he tomado ante ese conflicto?, ¿le doy demasiada importancia?, vale la pena estar enfadadas o no vale la pena?.
Cualquiera que sea el motivo del conflicto, grave o no tan grave, debo de abrirle paso, para que pase de largo, y no dejarlo estancado. De vez en cuando, es bueno actuar como toreros, cuando vemos venir el toro abrimos el capote y ¡¡oleee!!!, y así el toro pasa de largo…

Saber enfrentar con entereza los conflictos en nuestras comunidades es una oportunidad de crecimiento y madurez, aunque en su momento no lo comprendamos así. Pero también es bueno hablar de los problemas o las dificultades con quien se tiene más confianza, para que sea más llevadero y poder superarlo.

Piensa en la hermana/o que más te cuesta
Λ     ¿Qué te cuesta en de ella/él?
Λ     ¿Cuándo saltó la chispa?
Λ     ¿Es cuestión de edad?

¿Estamos preparados para la diferencia? Tanto jóvenes como mayores, y la generación que nos sigue, tiene otra mentalidad, otra visión de futuro. ¿Cómo acogerán nuestras congregaciones estos jóvenes de la generación en línea, siempre conectados?. ¿Estamos preparados a sus propuestas?, ¿tenemos un trabajo para el cual todos debemos estar preparados, para la próxima generación? ¿En algún momento tocarán nuestras puertas para dejarles entrar?.

Otra diferencia es la de paradigmas.

Se destacan cuatro diferencias:

1er. Paradigma  “CLASICO”: Sólo Dios es el centro y nada más y muchas veces se olvida de la comunidad y la misión.

2do. Paradigma “MODERNO”: sólo hay relación con la comunidad y se olvida de Dios y la misión.

3er Paradigma “DE AVANCE”: Sólo se da importancia a la Misión y se olvida de Dios y de la comunidad.

Ninguno de estos es correcto, porque la Vida Religiosa debe estar en relación con Dios, con la Comunidad y con la Misión.