La divina Pastora venerada por el pueblo

El 8 de septiembre de 2014

El 8 de septiembre de 2014, es la fecha en que en muchos lugares del mundo se rinde veneración y homenaje filial a la Santísima Virgen María. Tradicionalmente se recuerda, en este día, el nacimiento de nuestra Madre Santísima. En Atapirire (Estado Anzoátegui-Venezuela), veneramos a la Virgen María como DIVINA PASTORA.

Tenemos una bella imagen de la Divina Pastora en madera policromada, muy antigua. Está la Virgen sentada, teniendo al Niño Jesús en su brazo izquierdo en actitud de movimiento, como queriendo saltar a los brazos de todos los devotos. La mirada de la Virgen es muy expresiva y parece contemplar a todos los presentes.

La iglesia, bellamente adornada con ramos de flores naturales, abrió sus puertas a las 5 de  la mañana y al toque de las campanas se fue llenando de fieles. Todos esperaban al grupo de “mariachis” que cantaría “las mañanitas” a la Divina Pastora. El grupo hizo su entrada a las 6 am y todos los presentes unieron sus voces a las de los cantantes para expresar su amor y devoción a la Madre del Cielo. Se entonaron varios cantos y todos muy contentos, al finalizar, regresaron a sus casas.

Se llevó a cabo, en este día, el bautizo de 10 pequeñitos que, bajo la mirada maternal de Santa María, entraron a formar parte de la comunidad de los hijos de Dios. No podía faltar el apagón, y los niños se iban inquietando a medida que el calor se hacía menos tolerable.

A las 5 pm se tuvo la Eucaristía, celebrada por el P. Alex Añez, ofm, párroco de la iglesia de San Antonio, en El Tigre. El padre Alex vino acompañado por un joven religioso y otras personas de su parroquia. Hubo mucha gente aunque había bastante calor por falta de energía para que funcionara el aire acondicionado. Terminada la celebración eucarística, la Hna. Lucelia atendió al padre y a sus acompañantes y les preparó la cena. La Hna. Teresa acompañó a la gente, rezando el Rosario, siguiendo la imagen de la Divina Pastora, llevada en procesión por las calles del  pueblo. Hubo mucha gente, aún de Múcura y de El Tigre y otros pueblos vecinos, tanto en la misa, como  en la procesión.

Al final de la procesión llegó otro grupo de mariachis a cantarle a la Virgen, se repartió torta y poco a poco la gente se fue yendo a sus casas. Todo resultó muy bien y lo más importante: el encuentro de los hijos con la Madre bondadosa, se hizo en un clima de fervor y devoción. 

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