Retiro Espiritual de Cuaresma

Juventud Agustiniana Recoleta del Colegio Santa Rita – Venezuela

Un tiempo para el encuentro de los jóvenes con Jesús, un espacio para escucharle y decir como San Agustín: ““¿Dime dónde debo mirar para verte?”.

 

Es necesario detenernos, alejarnos del ruido cotidiano para, simplemente, hablar con el Señor. Y en esto, más allá de las formas y los métodos de oración que tengamos es bueno contarle a Jesús de nosotros y saber de Él. Estar con Él y dejar que Él esté con nosotros. Es así como en el segundo Domingo de Cuaresma, treinta y tres jóvenes y la Hna. Ilianis

Marval, pertenecientes a la Juventud Agustina Recoleta del Colegio Santa Rita de Maracaibo-Estado Zulia- Venezuela aceptaron la invitación de Jesús a subir al monte para orar, de la mano de Él, como hicieron los tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan (Lc. 9,28). 

El motor de nuestra vida es la esperanza y eso fue lo que nos ofreció el Evangelio de ese día (Lc. 9,28-36), que ayudó a los jóvenes a entrar en el silencio, en la introspección y en la oración. Siendo el padre José Antonio Barboza, sacerdote diocesano, el instrumento de Dios escogido para guiar esta jornada de reflexión y oración, quien, además, nos ofreció el espacio en el liceo Arquidiocesano Juan Hilario Bosset, inserto en una comunidad marginal de la ciudad. Nos ofreció la oportunidad de exclamar al Señor, como hijos de san Agustín, “¿Dime dónde debo mirar para verte?”.

Tratando de vislumbrar el rostro resplandeciente de Cristo y aceptando la fuerte invitación “Escuchadlo, es mi hijo amado” (Lc. 9,35), los jóvenes descubrieron que no es necesario armar tiendas, sino estar atentos, escuchar y vivir dejándose interpelar por su Palabra. El propósito es vivir al estilo de Jesús, reconociendo que es Dios quien nos habla, ilumina, anima y empuja en el día a día. 

Felices y agradecidos por la experiencia vivida, regresamos a nuestros lugares de origen, renovados y fortalecidos por la Palabra del Señor, que, en este tiempo de Cuaresma, en el marco del año de la Misericordia, nos prepara el camino hacia la Pascua.

HNA. ILIANIS MARVAL, MAR

 


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