Queridas hermanas, hermanos OAR, amigos y allegados a nuestra Congregación:

El segundo semestre de 2020 (igual que el primero) definitivamente estuvo marcado por el COVID-19, de tal manera que las actividades programadas con anticipación para éste período de tiempo se vieron afectadas y se tuvieron que adaptar a la “nueva realidad”.

No obstante lo anterior y viendo lo realizado en conjunto, nos damos cuenta de que, como dice Don Quijote: “Donde una puerta se cierra, otra se abre” (Cap. 21), pues, si bien las cuarentenas y las restricciones a la movilidad impidieron la concentración de personas, las redes sociales, por otro lado, se presentaron como una alternativa viable y accesible a través de las cuales el CEMAR pudo continuar su misión y de paso incursionar en una modalidad virtual que le permitió llegar a un público más amplio y compartirle, al mejor estilo agustiniano, los momentos de oración, las Eucaristías, los videos alusivos a las vidas de algunos santos agustinos y otras comunicaciones que han sido muy bien recibidas y agradecidas por quienes se sienten vinculados o atraídos por el particular estilo de la espiritualidad misionera agustina recoleta.

Así mismo, se llevaron a cabo otras actividades de carácter interno propiciadas por el CEMAR en el Convento de La Merced, con la Comunidad y empleados del mismo, que de igual forma contribuyeron a fortalecer los lazos fraternos y a hacer más llevaderos los momentos de quietud y a veces de monotonía (incluso espiritual) que surgen como efecto colateral de la pandemia.

Esperamos este número sea de su agrado y agradecemos sus oraciones por esta iniciativa.

Equipo CEMAR – La Merced