MISIÓN EN EL BARRIO LA FORTUNA

El pedido del Papa Francisco en la Bula del Año de la Misericordia de realizar «misiones para el pueblo» se ha hecho realidad en la Parroquia de San Fortunato.

Ha sido la ocasión para mostrar el ímpetu misionero del Párroco P. Fernando Redondo promoviendo y organizando una misión con la colaboración de los Misioneros Redentoristas y la implicación de muchas personas de la parroquia.

El P. Fernando trabajó 7 años en Lábrea y… cómo puede ser esto, si no es agustino recoleto? Así son los designios del Señor. Siendo sacerdote de la Diócesis de Getafe a la que pertenece la Parroquia de San Fortunato, llevaba 7 años trabajando en el interior del Estado de Sao Paulo, y fue invitado por Mons. Jesús Moraza, oar a adentrarse en el corazón del Amazonas.

Y como si esto fuera poco, trabajó con la Hna. Rosalina Menegheti 3 años en la Pastoral de la tierra y compartió actividades con nuestras hermanas MAR de Lábrea. De modo que aquí ha sido continuar el trabajo misionero con la comunidad de la Curia General MAR.

La Misión se empezó a organizar convocando a todas las personas que estuvieran dispuestas a colaborar. Desde noviembre del año pasado cada quince días se tenían encuentros de formación, uno de ellos estuvo dirigido por la Hna. Myrian con la temática del Año de la Misericordia.

Era preciso tener un logo que la identificara y como ahora no hay distancias para hacerlo llegar, otra MAR colaboraba desde Atapirire, Venezuela. La Hna. Teresa de Jesús Castaño fue quien lo ideo.

El barrio de aproximadamente 13.000 habitantes fue dividido en 7 zonas. Cada zona fue asignada a dos visitadores, quienes eran los encargados de ir puerta a puerta invitando a la misión que estaba prevista para abril.

Las Hnas. Elisa, Rosalina y Myrian, cada una acompañada de un visitador, dedicaron varias tardes a acercarse a más de 1.700 viviendas. Muchas de ellas estaban cerradas, unas pocas por estar deshabitadas y la mayoría por estar sus moradores trabajando. La Fortuna es un barrio obrero, donde habitan muchos extranjeros, entre ellos un gran número de marroquíes.

Tardes de lluvia, de frío, otras soleadas y serenas fueron el escenario para la invitación, que fue acogida con agrado por un porcentaje reducido, con indiferencia por un grupo mayor y donde no faltó el rechazo frontal.

Y llegó el 14 de abril, 3 misioneros redentoristas Miguel, Víctor y Juan Bautista, se hicieron presentes en el barrio. 3 hogares les dieron hospedaje, porque aunque en la parroquia se cuenta con espacio suficiente, ellos así lo prefirieron. Cada día comían en una casa diferente y por eso estuvieron en la mesa de nuestra comunidad MAR en dos ocasiones.

Se organizaron las Asambleas familiares en 7 lugares, nuestra casa estuvo abierta y en un promedio de 15 personas, asistieron los 3 días previstos. Las Hnas. Myrian y Elisa eran las animadoras de esta Asamblea, mientras tanto en casa de Alicia, una paraguaya, se realizaba otra dirigida por la Hna. Rosalina.

Todos los días teníamos una eucaristía con una temática específica. Los símbolos y la reflexión invitaban al cuestionamiento, al recogimiento y a la celebración de nuestra fe.

Los enfermos fueron visitados por la Hna. Rosalina y uno de los misioneros, los colegios que permitieron la visita de los misioneros también tuvieron esta oportunidad, los mayores tuvieron charlas apropiadas a su edad e intereses, los padres de familia, los niños, los jóvenes. A todos se convocó y se atendió.

Agradecemos al Señor que nos ha permitido acercarnos a los moradores del barrio, como dice el Papa Francisco en la bula, para que «nuestras manos estrechen sus manos, y para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad».

Nos queda ahora la tarea de continuar avivando el encuentro a través de Asambleas mensuales, como medio para afianzar la fe y crecer en el compromiso con los hermanos.

 

 

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